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18 Y el príncipe jamás puede tomar la propiedad de alguno por la fuerza. Si da propiedades a sus hijos, debe ser de su propia tierra, porque yo no quiero que mi pueblo pierda su propiedad y tenga que emigrar por esa causa”».

19-20 Después de eso, empleando la puerta a través del muro al lado del pasillo principal, me condujo a través de la entrada al bloque de habitaciones que miraban hacia el norte. Allí, en el extremo oeste de estas habitaciones, vi un lugar donde, según me dijo mi guía celestial, los sacerdotes han de cocer la carne de la ofrenda por las infracciones y la ofrenda para declarar libre de culpa al pueblo y la ofrenda de harina para hacer pan. Lo harán allí para evitar la necesidad de llevar los sacrificios a través del patio exterior, para no declarar de forma involuntaria como intachable de esa manera al pueblo.

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